miércoles, 30 de noviembre de 2011

No convencionales

-A veces eres ofensivo, hiriente incluso-te digo mientras me arropo a tu lado y te doy la espalda.

-Sabes que no es eso-me respondes mientras me abrazas.-Tú no entiendes a que me refiero.

-Simplemente-me volteo para verte a los ojos,-no me digas “te amo” si no es así.

-Es así-me besas.-Te amo.

-Es triste que solo nos tratemos así cuando estamos solteros ¿Sabes?… Pero supongo que así funciona-me abrazas y me dispongo a dormir.-También te amo


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Pd: quiero hacer un especial agradecimiento a dos personas, primero a la que inspiró este micro cuento que quizás nunca lea y a Emily (como aún la sigo llamando en el mundo cibernetico) por recordarme lo ingrato que era al olvidarme de este gran espacio de expresión que es un blog. Buenas noches

domingo, 17 de abril de 2011

El placer de ser usado.



¿Por qué te mueves tú?
¿Por quién te mueves tú?
Tu solo sígueme, yo guío
¿Por qué esta mal ser una marioneta?
Si ella se siente viva
solo cuando mueven sus hilos.

En el fondo, estamos todos muertos
y solo vivimos cuando alguien nos da cuerda
¿Y está mal eso?
Nuestro corazón exige un titiritero.

Como la pareja danzante
de una caja de música;
que solo se aman
cuando alguien les da cuerda…

Que solo son felices
cuando alguien les da cuerda…
Un ser los enciende
para que bailen para su entretención…
pero en esos momentos de música
la pareja logra ser feliz…


Somos como cigarrillos en una cajetilla;
apilados en un minúsculo espacio
esperando que alguien nos elija,
nos encienda
y nos permita ser parte de su respiración
por unos miserables minutos.


Somos como un juguete guardado
en los húmedos cajones
de la habitación de un infante;
dándole los momentos más felices,
los recuerdos más dulces,
de la vida de un pequeño…
Hasta que crece y nos deja…
Y quedamos abandonados
en un oscuro baúl
de nostálgica entretención.


¿Y qué pasó conmigo?
¿Acaso me equivoque?
Porque me sentí utilizado
y pensé que quería libertad…
Y con gran furia corte mis cuerdas,
me separe del resto de los muñecos,
pensando que iba a caminar…
Pero caí patéticamente al suelo:
muerto, o si ya estaba muerto,
habiendo asesinado
mi semi-realidad de vida.


Y ahora recién,
logro notar que me condene
a un triste basurero
de marionetas rotas.