Recapacitando...

Uno siempre da un sin fin de consejos... jamás he entendido por qué, sin embargo, es tan complicado aplicarlos a uno mismo... He decidido hacer una exepción a la regla esta vez, supongo...
Me dolera cuando tenga que doler... no ahora... continuo con los mismos miedos... pero... no lo sé, simplemente dejare que la vida, la pena y todo me atropelle cuando me pase los semaforos... no antes de salir de mi casa... Hakunamatata :)

Ni Newton ni Eva nos pensaron así.

Todos de a poco vamós creciendo en nustro manzanero, naciendo junto con las hojas verdes desde los brazos de nuestro padre, tomando un color, desrrollandonos y formando semillas que darán vida a nuevos árboles y nuevas manzanas... Creciendo y viviendo al lado de más como nosotros, conviviendo con ellos, amandolos y odiandolos... sobreviviendo con ellos... sabiendo que han sido ellos, tus amigos... o más bien, hermanos, los que en realidad te ayudan a vivir... Hasta que cumplimos edad, maduramos, se nos traza un destino y, con el corazon en llanto, simplemente nos sacan de nuestras ramas, alejandonos de ellos, tal vez para siempre... y con un terrible miedo a que te olviden...

La contratista

-¿Qué hace, señora?- preguntó Ignacio.
-Construyo mi casa- fue la respuesta de ella.

Ignacio se pasó todo el día preguntandose como aquella señora, de vestimente e imagen miserable, iva a construír una casa solo con cajas de cartón.