jueves, 3 de marzo de 2011

Sweet Good bye

Su esposo la golpeaba cada maldito día de su vida. Al principio eran solo empujones que eran en los momentos muy tensos de su matrimonio, con el tiempo empeoro paulatinamente. El le decía que la perdonara y ella decía que lo hacía. Jamas lo hizo. Recordaba cada puto golpe que le había propinado el "hombre de sus sueños". Esa noche cuando su marido entró a su hogar estaba todo sumido en el silencio y la oscuridad. Olfateo un olor pesado e irrespirable. La puerta se cerró. Su esposa estaba apoyada en ella. Lo miro con una sonrisa espelusnante:

-¿Amor, que haces?-se atrevió a preguntar. Ella saco un cigarrillo del bolsillo de su adorable delantal.
-Solo te demuestro mi amor, cariño-saco el elegante encendedor que le había regalado a su marido en su ultimo aniversario. Puso el cigarrillo en su boca y acerco el encendedor con una lentitud teatral. Encendió el cigarrillo. Un escalofrío recorrió la espalda del hombre en ese segundo, el mismo en el que identifico el repugnante aroma. La casa estaba infestada de gas.

Solo daba un pasea nocturno cuando la quinta casa de la calle perpendicular estalló en llamas.