lunes, 9 de agosto de 2010

En el aféizar de tu ventana

Shhhhhhh!!!!!!...
Es lo primero que te digo cuando te veo en tu habitación a través de los barrotes de tu ventana... Aunque por tu cara de asombro me doy cuenta que "gritar" no estaba en tus planes...
-¿Qué haces aquí?-preguntas.- Te pueden escuchar.
-¿Charlie?- solo con decir eso se dibuja una sonrisa en tu rostro (siempre te hizo gracia esa analogía entre Charlie Swan(twiligth) y tu padre), lo cual, significa que no estas molesta... y que no me golpearas cuando me veas nuevamente. - Quería hablar contigo.
-Si mi papa te escucha...- te detienes, sabes que no es la primera ves que me aparezco a una hora poco prudente en tu ventana para fastidiar tu existencia, pero veo en ti que deseas que sea la última...
Hablamos entonces... te cuento mis problemas... hago todo lo posible porque tu me cuentes algo... discutimos por alguna cosa que no nos afecta directa mente... me dejo perder en la discusión porque eres la terquedad personificada... y porque a pesar de todo se que tienes mejores argumentos que yo...
No se como somos amigos (si es que lo somos), pero te tengo un aprecio increíble, y te he aprendido a querer y a predecir... también me doy cuenta de que tu me has aprendido a comprender, lo cual debe ser realmente complicado, ya que ni siquiera yo lo he logrado en su totalidad...
Uno nunca sabe lo mucho que puede necesitar a una persona hasta que entra en su vida, deja raíces y ya no la puedes arrancar sin destruir tu mundo... y es verdad... no creo que podría sobrevivir sin tu terquedad, sin tu "pesadeces", sin tu incapacidad de recibir un cumplido, de que te fastidie que sean "caballeros" contigo, de que no dejes entrar a alguien en tu corazón y en tu vida, de tus interminables listas de defectos que encuentras en mi (lo cual te hace mas especial porque el echo de te fijes en todos esos defectos me hace pensar que eres una de las pocas personas que me presta atención de verdad)...
La hora avanza y se hace tarde, me tengo que ir por eso y por que veo que llegado al limite de tu paciencia en lo que respecta a la tolerancia hacia mi. Me voy, pero al caminar por el complicado callejón para volver a mi casa, me quedo con la sensación de que eres una persona a la que le tengo mucho afecto, pero que podría ser mayor, porque siento que ya te conozco, porque cuando te miro a lo ojos puedo ver lo que piensas y viceversa... Que las cosas pudieron ser diferentes... Pero que daría mi alma porque permanecieran igual...

Este es un cuento que escribí hace un tiempo... va dirigido a una persona especial la verdad... hoy veo que el tiempo ha pasado, las cosas han cambiado.. cuando escribí esto mi vida era un revoltijo, y creo, que la tuya también... y recuerdo que me decía a mi mismo que dos personas así no eran las ideales para ayudarse mutuamente... pero me equivoque... me ayudaste mucho... y espero (y creo) que también te ayude... la vida da un sin fin de vueltas... me alegro de ver que ahora estas más equilibrada (y mucho más abierta de mente) y que alcanzas momentos de felicidad con más facilidad... Te quiero mucho Paula...

domingo, 8 de agosto de 2010

Preguntas inesperadas

Me rodean mis interlocutores. Se habla de todo y de nada a la vez... Y, sin previo aviso, cierto comentario me llega como un balde de agua fría... Cuando miras tu habitación ves tu cama, tus cortinas, tu escritorio... si te das cuenta, al verlas, tu mente envía respuestas inmediatas de lo que son... Bueno aquí pasó algo parecido... De un momento a otro te llega una pregunta, y la persona que la efectúa demuestra saber información que se supone no debería manejar. En ese momento tu mente busca la respuesta lógica, al no encontrarla te repite la pregunta como diciendo "necesito ayuda"... "¿Cómo sabe aquello?" es esa la pregunta que resuena en tu cabeza... Genero una respuesta coherente y probable... pero al pensarlo... no la acepto... porque no quiero aceptarla... porque esa respuesta implicaría ciertas cosas... cosas que me dañan de cierto modo... así que no la asumo y busco otra teoría... no la encuentro y me cerebro me dice que la respuesta correcta es aquella que acabo de desechar, pero mi corazón la niega. Entonces al no encontrar la respuesta en mi mente la busco en la de los demás. Escruto cada rostro de mis interlocutores buscando un indicio que me diga como supieron aquello... Es en ese momento veo el rostro que busco, pero no me da una nueva idea de como sucedieron las cosas... no... ese rostro solo confirma la primera teoría... entonces admito la verdad, me invade ira y pena... pero me las trago... y continúo con la conversación como si todo esto (lo que se supone que ellos no sabían) no me hubiera afectado en lo mas mínimo... Hay ciertas cosas que son mejor guardarse...

Junto con estas reflexiones que han venido en este fin de semana... se me plantean un montón más relacionadas de la misma experiencia... La confianza... sabes realmente en quien confías... ¿Todo el mundo es igual?... El nivel de confianza que se tiene con alguien se puede perder completa mente por un solo acto... errar es humano... uno solo debe ignorar y seguir como si nada... ¿Uno aprende realmente de sus errores?