miércoles, 21 de julio de 2010

Antes de morir


Uno, dos, tres, cuatro paredes… mi vida reducida a cuatro paredes. Estoy en el fin del camino porque yo lo quise, tal vez me quedaban unos sesenta años de vida o más, pero no los deseaba, la vida exige una lucha que yo ya no puedo seguir batiendo. Por eso termine aquí en el baño de mi casa, tirado en el suelo, llorando en silencio, sintiendo nauseas y rodeado de todos los frascos de pastillas vacios que ingerí.

Recordaba mi vida, los momentos felices y los que me llevaron a estar aquí, y siento como mis ojos vuelven a humedecerse y un nudo en la garganta no me deja respirar, pero no quiero llorar, todo mi vida me odie por ser propenso a aquello, por ser propenso a explotar en lagrimas, el llanto demuestra que uno es débil, que la vida logro humillarlo. Siempre fui débil, siempre lo supe, por eso lloraba, porque no era comprendido, porque no era lo que esperaban…lo que esperaban, nunca fui lo que esperaba nadie, mi padre siempre deseo en mi habilidades deportivas que nunca tuve y mi madre siempre me hizo saber que debía ser alguien en la vida, y lo intente, pero no era lo que yo quería, yo quería ser un artista, un escritor, escribir y leer, y enseñarle a más jóvenes a leer, que amaran los mundos creados por más artistas y que no abandonaran sus sueños por lo que decían los demás como yo lo estaba haciendo ahora.

Me quería poner de pie y contemplar mi rostro en el espejo, pero me costaba, era como si la muerte me hubiera inmovilizado para que fuera más fácil digerirme al igual como lo hacen las serpientes, pero me paré y me contemple. Vi mis ojos enrojecidos e hinchados y mi rostro pálido. No era una persona de mal aspecto. Al contrario, debía admitir que en la adolescencia me había desarrollado físicamente bien, observe mi cabello oscuro, un tanto largo y desordenado, y como me cubría parte del ojo derecho. También escruté mis ojos, que si bien no eran tan claros como los de mi madre, eran bellos y mostraban mi personalidad…Nauseas, siento nauseas y la cabeza me da vueltas. Me aferro al lavamanos para no caer, las pastillas estaban causando estragos…

¿Cuántas personas amé?... ¿cuántas me amaron?... ¿cuántas sufrirán por mi muerte?...No me podía permitir pensar en eso, si lo pensaban vendrían los remordimientos y más llantos, y no me podía arrepentir ni dejar que me escuchara algún vecino y llamaran una ambulancia. No estaba dispuesto a pasar por la humillación del suicidio frustrado, ir a psicólogos y psiquiatras incluso hasta me internarían…Otra nausea…Maldita sea, no quería pasar por esto, por los malestares de la muerte, solo quería dormir y no volver a despertar, pero parece que encontrar un muerte sin dolor es más difícil que encontrar la vida eterna…

La impotencia, la ira y el miedo de tener que esperar la muerte….La cólera me ataca, no me iré sin demostrar que estaba enojado con el mundo. Tomo los frascos que están las repisas y los estrello contra la pared, y puedo ver como se quiebran igual que todo en lo que creía…creer, tener fe…tanto que creí en Dios, tanta fe y tiempo desperdiciada en un ser que si existiera lo odiaría, lo maldeciría por le que me hizo, por lo que me estaba dejando hacer. Siempre se me dijo que los suicidas se iban al infierno, acaso ni siquiera Dios me amaba que solo observaba como destruía mi vida y condenaba mi alma…La ira vuelve tomo un frasco de vidrio y los estrello con todo el odio que le tenía a la fe, a Dios y a mí…Nauseas, las siento más fuertes aún. Supongo que en estas condiciones el esfuerzo físico empeora mi estado…y caigo al suelo y lloro, pero ahogo mi lastimero aullido para que nadie lo oiga…para que nadie sepa que la vida me derroto…El estomago comienza doler…voy a vomitar, pero lo evito. Sé que es el último intento de mi cuerpo por vivir, pero yo mando a mi cuerpo y si yo elijo morir él debe acatar solamente…evito el vomito, mas el dolor persiste. Observo el suelo y veo los fragmentos rotos, tal vez la muerte podría llegar antes, me arremango más la camisa y tomo un fragmento filoso. Miro mi antebrazo, con dos cortes bastara, pero es más difícil de lo que se cree, la gente piensa que las personas que atentan contra su vida son cobardes y se equivocan, porque no se imaginan el coraje que hay que tener para abrirse los brazos y dejar escapar la vida. No puedo hacerlo, no tengo ese valor. Vuelvo a tenderme en el piso y siento como me desmayo…

…El dolor….Dios mío como duele…siento como me arde el vientre y los músculos se contraen…Me cubro la boca para no gritar y vuelvo a evitar el vomito…cuánto tiempo habré estado inconsciente…me consuela saber que no el suficiente para que se pregunten dónde estoy….Otra contracción…No debo preocuparme, he dejado todo listo para mi partida, cuando entren en mi habitación encontraran todas las cartas que he dejado para que vean mis motivos y sientan lo que yo sentí…Contracción….¡Dios, el dolor que siento!...tanto dolor que me arrancaría el estómago para que se apaciguara...quiero vomitar…¡NO!...si vomito no muero… y deseo morir…el dolor vuelve y se repite como si me golpearan una y otra vez… Hasta que el dolor y las ganas de vomitar se calman y comienzan a desaparecer junto con las energías que me quedaban…siento frío…siento los dedos de la muerte recorriéndome la espalda…y todo se oscurece….y no lucho contra la oscuridad como lo haría cualquier persona, al contrarío la acepto, porque es lo que yo esperaba…vuelvo a caer. Pero de otra manera, cae solo mi cuerpo, mi alma ya no parece encontrase dentro de él…y con las fuerzas que me van quedando exhalo por última vez, cierro mis ojos y dejo que la oscuridad me envuelva…

4 comentarios:

  1. lo considero mas bien...sincero y desgarrador

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  2. Lo del suicidio frustrado es asqueroso... tanto que cuesta tomar la desición para que despúes quedes como empezaste y peor...porque la gente comienza a preocuparse que el psicólogo, psiquiatra y todas sus tonteras. No confío en los psicólogos.

    Pienso que las personas que hacen esos son... no sé tengo sentimientos encontrados, son cobardes al no enfrentar los problmenas que tienen, pero son valientes por atentar cotra su propia vida. En estos momentos en mi cabeza gana el: son valientes.

    Creo que las pastillas son el peor método para suicidarse, ya que siempre está el: puedo vomitar y ahí queda todo. Si alguna vez me suicidara lo haría rápidamente y no dejaría carta de despedida, porque mientras la haría comenzaría a arrepentirme, sería una desición no tomada.. no sé si me explico.

    Y sí, es completamente desgarrador el escrito.

    Cuídate! (:

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  3. gracias...supongo C:
    A mi me gustaría ser psicologo ¬¬

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