Uno siempre da un sin fin de consejos... jamás he entendido por qué, sin embargo, es tan complicado aplicarlos a uno mismo... He decidido hacer una exepción a la regla esta vez, supongo...
Me dolera cuando tenga que doler... no ahora... continuo con los mismos miedos... pero... no lo sé, simplemente dejare que la vida, la pena y todo me atropelle cuando me pase los semaforos... no antes de salir de mi casa... Hakunamatata :)
Oh, muchas gracias por el cumplido, pero no es tan cierto (y no es falsa modestia), son cosas que salen de la nada xd.
ResponderEliminarSí, bueno... a veces se preocupan, no deberían hacerlo, la mayoría de las veces la gente malinterpreta las cosas y eso lo complica todo, supongo que tendré que explicarme más cuando escriba algo.
Los benditos consejos que uno da y no sirven para uno mismo, supongo que uno se los da a otros ya que de cierta manera todos somos ditintos, entonces lo que no nos sirvió a nosotros, a otro sí le puede servir, ¿no? Bueno.. de esa manera veo todo ese embrollo.
Esa es la actitud. Nos amargamos demasiado pronto, y sufrimos cuando las cosas aún no han pasado... nos adelantamos demasiado, y nisiquiera tomamos la posibilidad de que no llegue a ocurrir, a veces vivimos demasiado acelerados...
Que estes muy bien, suerte! (: